Una de las películas más dulces e intrigantes que he visto es “Slow”, el segundo largometraje de la directora y guionista lituana Marija Kavtaradzė, que narra la historia de un romance poco convencional entre una bailarina y un intérprete de señas asexual.
Más allá de la curiosidad que despierta esta historia —por tratarse de un hombre dentro de una relación heterosexual que no siente deseo sexual por su pareja— lo realmente innovador de “Slow” es su invitación a explorar otras formas de intimidad que trascienden las relaciones sexuales. La película desafía a los espectadores a reconsiderar la aceptación de los límites ajenos, revelando nuevas dimensiones de conexión emocional y afectiva. Pero, ¿será el amor suficiente para que una relación como ésta funcione? ¿Sufre más quien no puede obtener del otro lo que desea o quien no puede brindarle lo que necesita?
Elena y Dovydas, los protagonistas, utilizan sus cuerpos como herramientas indispensables en su vida diaria. Elena, profesora y bailarina de danza contemporánea, tiene una relación muy intensa con el movimiento y el contacto físico. Por otro lado, Dovydas utiliza sus manos y su expresión corporal como medio de comunicación, traduciendo el lenguaje hablado a señas y viceversa. En una de sus sesiones, Dovydas lleva a un grupo de jóvenes con discapacidad auditiva a una clase de danza y es ahí donde conoce a Elena. La atracción entre ellos es inmediata, y pronto comienzan a construir un vínculo muy intenso. Sin embargo, más adelante en su primer encuentro a solas en una habitación, él le revela que es asexual, antes de que la situación pueda escalar. A partir de allí la película muestra una serie de eventos donde la comunicación se vuelve indispensable y las contradicciones de cada uno empiezan a aflorar.
Después de todo, este es un tema que no ha sido muy representado en el mundo audiovisual y del que existen muy pocos referentes por el estigma que hay al respecto. Recuerdo que la primera vez que vi un contenido relacionado con el tema, un video de Código Nuevo de hace 6 años, donde dos jóvenes asexuales dan su opinión acerca de personajes presuntamente asexuales como Sheldon Cooper de The Big Bang Theory y salen diciendo cómo se sienten parodiados e incomprendidos. Pero en “Slow” sucede todo lo contrario, pues se intenta mostrar otro lado de la moneda, más realista y menos caricaturesco. El personaje de Dovydas no tiene ningún tinte cómico o infantil, como podrían tenerlo personajes ficticios como Sheldon Cooper, Bob Esponja (cuyo creador afirmó que era asexual antes de su muerte), o Todd Chávez en BoJack Horseman. En contraste, Dovydas es un hombre que encarna el estereotipo de la masculinidad tradicional: varonil, imponente, y más guiado por la razón que por los sentimientos.
Conforme la historia avanza, el personaje de Dovydas va mostrando un lado más vulnerable, aceptando que nunca antes se había sentido atraído emocionalmente de esa manera por alguien más. Ser asexual, es algo que le ha impedido generar estos vínculos en el pasado y por lo tanto que le produce sentimientos de inseguridad. Estando junto a Elena, se pregunta “¿qué significa ser un hombre” y por qué se han establecido normas tan rígidas de cómo debe ser una relación entre dos personas. Su miedo constante reside en no poder cumplir sus expectativas y que ella termine dejandole por alguien más.
Uno de los momentos más desconcertantes de la película (🚨SPOILER🚨) ocurre cuando el ex novio de Elena, llega borracho a su casa en presencia de Dovydas y termina pasando la noche en el sofá. Elena le pregunta a Dovydas si, en caso de que rompieran, él le dejaría quedarse en una cama si ella llegara a mitad de la noche. Él le responde con un gesto de incomodidad diciéndole que pare y luego comienza a besarla hasta que finalmente se hace encima de ella y comienzan a tener sexuales, pero Elena lo detiene. Al día siguiente, le pregunta si lo hizo para demostrar algo, y Dovydas no sabe qué reponder.
En este caso, Dovydas se siente amenazado por la presencia del ex novio de Elena e intenta sacar a flote su “virilidad”, para demostrar que no es menos hombre que él y por lo tanto no existe nada que Elena pueda echar en falta. Su miedo a perderla, hace que Dovydas termine sobrepasando sus propios límites y haciendo cosas con las que no se siente cómodo. ¿Cuántas veces por miedo a perder a alguien hacemos cosas que en realidad no queremos y van en contra de nuestra voluntad?
En una entrevista, la directora de la película aborda el tema de la masculinidad y explica lo siguiente:
-“Quería que Dovydas fuera un personaje que tuviera también esa herencia conservadora, basada en el masculinidad tradicional, pero también que fuera lo suficientemente coherente con su interioridad… Me gusta trabajar con momentos concretos en los que él mismo siente que tiene que «comportarse como un hombre» aunque quizá no quiera, no deba.”
Sin embargo, al ser un espectro que incluye muchas acepciones, la asexualidad también genera muchas reacciones porque es un concepto que está definiéndose a medida que tiene más visibilidad y representación.
Por ejemplo, en otro momento de la película, Elena descubre a Dovydas masturbándose en el baño y se molesta mucho porque no le hace sentido que alguien “asexual” tenga conductas que podrían considerarse sexuales por producir placer. Elena siente mucha rabia y confusión hasta que Dovydas le explica que para él, la masturbación es un acto fisiológico que no requiere centrar su atención en otra persona, por lo tanto no lo considera como algo sexual. Este momento, destaca la necesidad de comprender las diferentes experiencias dentro del espectro de la asexualidad y comprender más la mirada de quienes se consideran parte.
Con todo esto, los personajes desarrollan una cercanía muy especial, a través de otras vías de conexión que no implican el acto sexual En una entrevista de Sundance, la directora comentó que proponer una historia eximida del acto sexual, le permitió explorar los personajes más a fondo y preguntarse qué camino podría tomar su relación, encontrando su propia forma de intimidad. También dijo que tuvo la intensión de crear una atmósfera donde no hubiera prisa de llegar a ninguna parte, dando espacio para que el romance pudiera surgir y ser transmitido. En sus palabras, “no se puede tener prisa y ser romántico al mismo tiempo”. De esa forma busca crear la ilusión de que el tiempo es irrelevante en los momentos de conexión entre Dovydas y Elena.
Sin embargo, si yo tuviera que traducir el nombre de la película a español, en lugar de decir "Despacio", diría que "Slow" está más relacionada con algo "Delicado". Todo lo que sucede en la historia está revestido de una suavidad y una ternura conmovedora, donde los personajes procuran entender la forma cómo cada uno se relaciona. La dulzura que muetran los dos, permite descubrir una intimidad fuera del terreno sexual y entender que sentir deseo no es algo voluntario y por el contrario, fingirlo solo puede resultar hiriendo a los demás y sobre todo a uno mismo.